¿La colegiación compulsoria debería ser una credencial médica?
Por décadas el ser parte del Colegio de Médicos-Cirujanos de Puerto Rico (CMCPR) ha sido parte de las credenciales médicas de los profesionales de salud de la isla al ser compulsorio para poder ejercer en el país.
Luego de una exhaustiva lucha, oficialmente el Tribunal Supremo determinó la eliminación de la colegiación compulsoria al concluir que es inconstitucional obligar a los médicos a tener una membresía para poder ejercer su profesión.
Si analizamos la definición del proceso de “credencialización” se refiere al proceso mediante el cual una organización de servicios de salud evalúa y confirma las cualificaciones de un profesional. Es una forma de garantizar que los pacientes reciban atención de alta calidad, de médicos que hayan cumplido con los requisitos estatales de licencia y certificación.
La pregunta que ha generado esta discrepancia es: ¿La colegiación compulsoria debería ser una credencial médica? ¿Habla de la preparación profesional del médico? ¿Que un médico sea colegiado asegura que será competente?
La realidad es que, aunque el CMCPR representa el colectivo médico del país, el ser miembro no garantiza las capacidades del médico para trabajar, por lo que no debería ser un requisito para ofrecer legítimamente sus servicios.
Sin embargo, el Dr. Jorge Martínez Trabal, en su libro “Puntos Clave: la disrupción positiva al sistema de salud en Puerto Rico”, exhorta a ser parte del gremio y aprovechar sus beneficios: “Aunque la colegiación compulsoria puede carecer de fundamento legal, la colegiación gremial es importante para garantizar la calidad y la competencia en el ejercicio de las profesiones.”
“El CMCPR cuenta con diversos comités, como el de disciplina medica y el de asesoramiento legal, que supervisan constantemente los proyectos legislativos que podrían afectar la práctica médica y la salud del público”, añade.
En última instancia, la comunidad médica debe reflexionar sobre cómo encontrar un equilibrio entre la autonomía profesional y la necesidad de garantizar estándares de calidad.
Artículo escrito por: Fabiola Portalatín